El farol era esencial en el viaje cuando anochecía, diseñado y fabricado por los plateros o hojalateros adecuándose a cada coche. Los faroles se encendían con la combustión del aceite y por esta razón estaban separados el coche por un brazo y cerrados con ventilación.
Servían para ser vistos, como luces de situación, colocando un espejo ovalado en el fondo del farol para aumentar el resplandor.
Los diseños eran muy variados: redondos, cilíndricos, trapezoidales, cuadrados, etc.